Actualmente se entiende que las enfermedades autoinmunes son un grupo de trastornos en los que el sistema inmunológico ataca erróneamente a las células y tejidos sanos del propio cuerpo. Aunque la causa exacta de las enfermedades autoinmunes es desconocida, cada vez hay mas evidencia cientifica que cree pueden ser el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida, entre otros. Por ejemplo, en un estudio publicado en la revista Clinical Reviews in Allergy and Immunology en 2019, los autores del estudio concluyeron que estas enfermedades son el resultado de una compleja interacción entre factores genéticos, ambientales y de estilo de vida. Estudios mas concretos destacaron la relación entre la exposición a pesticidas y el riesgo de desarrollar lupus, los autores del estudio encontraron que la exposición a pesticidas aumentaba significativamente el riesgo de desarrollar lupus, lo que sugiere que los factores ambientales pueden contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunitarias (Estudio publicado en la revista PLOS One, 2014). Finalmente, otro estudio en 2017 por la revista Arthritis Research & Therapy examinó la relación entre la dieta y el riesgo de desarrollar artritis reumatoide. Los autores del estudio encontraron que la dieta rica en frutas, verduras y grasas saludables estaba asociada con un menor riesgo de desarrollar artritis reumatoide, mientras que la dieta rica en grasas saturadas y alimentos procesados estaba asociada con un mayor riesgo.
Entre las posibles causas de autoinmunidad descataré la siguientes, si bien en algunos casos se puede dar una o dos, en la mayoría de los casos es la combinación de varias, como fue mi experiencia personal:
- Genética, Se ha demostrado que hay ciertos genes que aumentan la susceptibilidad a las enfermedades autoinmunitarias. La presencia de estos genes no garantiza que una persona desarrollará una enfermedad autoinmunitaria, pero puede aumentar el riesgo.
- Factores ambientales, como la exposición a sustancias químicas, los virus y otros patógenos, también pueden desencadenar enfermedades autoinmunitarias en personas susceptibles. Algunas enfermedades autoinmunitarias están asociadas con infecciones virales previas, como el virus de Epstein-Barr, que causa la mononucleosis.
- Las carencias nutritivas pueden debilitar el sistema inmunológico y hacer que sea menos capaz de combatir las infecciones y otros estresores ambientales. Por ejemplo, la deficiencia de vitamina D se ha relacionado con una mayor incidencia de enfermedades autoinmunitarias como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide.
- El intestino permeable, también conocido como permeabilidad intestinal aumentada, es un problema en el que las células del revestimiento del intestino se vuelven más permeables de lo normal, lo que permite que las sustancias indeseadas entren en el torrente sanguíneo. Esto puede incluir toxinas, bacterias y fragmentos de alimentos no digeridos. Estos materiales extraños pueden desencadenar una respuesta autoinmunitaria, lo que significa que el sistema inmunológico comienza a atacar los propios tejidos del cuerpo.
- Las sensibilidades alimentarias, como la intolerancia al gluten o a la lactosa, también pueden desencadenar una respuesta autoinmunitaria en algunas personas. Esto se debe a que cuando el cuerpo no puede digerir adecuadamente ciertos alimentos, puede desencadenar una respuesta inflamatoria que, con el tiempo, puede llevar a la activación del sistema inmunológico.
- Estilo de vida: Se cree que factores como el estrés, la falta de sueño, la mala alimentación y el sedentarismo también pueden contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunitarias. Por ejemplo, cuando estamos estresados, nuestro cuerpo produce hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, que pueden suprimir temporalmente el sistema inmunológico para permitir que el cuerpo luche contra la situación estresante inmediata. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico, estas hormonas del estrés pueden continuar suprimiendo el sistema inmunológico, lo que aumenta el riesgo de infecciones y enfermedades autoinmunitarias. Además, el estrés emocional crónico también puede afectar a la permeabilidad intestinal y la microbiota intestinal, lo que puede contribuir a la activación del sistema inmunológico y la inflamación crónica. También se ha relacionado el estrés emocional con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunitarias, como la artritis reumatoide y el lupus.
- Desequilibrio hormonal, el sistema inmunológico está influenciado por las hormonas del cuerpo. Los desequilibrios hormonales, como los que ocurren durante la menopausia o el embarazo, pueden desencadenar enfermedades autoinmunitarias.
- Medicamentos, algunos medicamentos pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunitarias. Por ejemplo, se ha relacionado el uso prolongado de algunos antibióticos con el desarrollo de lupus.
- Las infecciones crónicas también pueden contribuir al desarrollo y progresión de enfermedades autoinmunitarias. Esto se debe a que el sistema inmunológico puede activarse de manera crónica en respuesta a una infección persistente, lo que puede llevar a una respuesta autoinmunitaria. Por ejemplo, la enfermedad de Lyme, causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, es conocida por imitar los síntomas de enfermedades autoinmunitarias como la artritis reumatoide y el lupus. Esto se debe a que la respuesta inmunológica al agente patógeno puede ser similar a la respuesta autoinmunitaria. Además, se ha demostrado que la infección crónica por el virus de Epstein-Barr (VEB) está asociada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunitarias, como el lupus y la esclerosis múltiple. Se cree que esto se debe a que el VEB puede desencadenar una respuesta autoinmunitaria, o bien puede aumentar la susceptibilidad a otras infecciones que pueden contribuir a la progresión de enfermedades autoinmunitarias.
- La fatiga suprarrenal es un término utilizado para describir una condición en la que las glándulas suprarrenales no funcionan correctamente debido al estrés crónico o prolongado. Según esta teoría, el estrés constante puede agotar las glándulas suprarrenales, lo que lleva a una disminución en la producción de hormonas, como el cortisol. el estrés crónico puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar la inflamación, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes o empeorar los síntomas en las personas que ya las padecen.